martes, 3 de junio de 2014

Me convertí en un perro - María Sol Rosado


Cuento
Por María Sol Rosado

La luz entro débil por la ventana e iluminó la lengua de Gonzales. Era larga y pegajosa. Quiso llamar a su madre, pero en lugar de palabras salió un ladrido. Se había convertido en perro mientras dormía. Al parecer, Gonzales tenía una pesadilla con los perros. Por otro lado, los perros siempre se le acercaban a Gonzales sin motivo alguno. Es como que si los perros odiarán con su alma a Gonzales. Sólo lo querían lastimar. Esto y más factores pudieron demostrar que ninguna de sus intenciones eran buenas. Cada vez que se le acercaban a Gonzales, lo mordían al pobre. Era como que si Gonzales fuera su rival. Lo peor de todo es que no solo era 1 perro, eran varios. Se estimaba que en total, o más vale decir una aproximación de 15 a 20 perros alrededor de Gonzales eran los que no lo dejaban en paz. ¡Lo único que querían era morderlo y lastimarlo! ¡En conclusión los perros le querían hacer la vida imposible! Esto era como un infierno; un túnel sin fin para Gonzales. Cuando el salía del colegio directo para su casa, le comentaba todo esto a su madre Julieta. Su madre no podía entender por qué sólo lo mordían a su hijo, más no a otras personas. Podría haber millones de chicos, pero únicamente lo mordían a Gonzales. Para él, todos sus días eran tristes y cansados. Cansados por el simple hecho de que los perros lo mordieran. Esta vez ocurrió algo fuera de lo común, empezando con un día nuevo y radiante. Gonzales estaba caminando cuando se le aparecen 15 perros que lo quedaron observando sin hacerle nada. Ese mismo día, Gonzales volvió a ser humano y desde ahí nunca más se convirtió en perro, hablaba como de costumbre. ¡Su vida normal regresó!
FIN.

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