martes, 3 de junio de 2014

Me convertí en un perro - Pamela Naranjo

Cuento
Por Pamela Naranjo

La luz entró débil por la ventana, e iluminó la lengua de Gonzalo. Era larga y pegajosa. Quiso llamar a su madre, pero en lugar de palabras, salió un ladrido. Se había convertido en perro mientras dormía. ¿Cuándo pasó? ¿Qué hizo para convertirse en animal? Él iba pensando, pasaron cinco minutos y... ¡Se convirtió en otro animal! ¡Vaya! 'Esto no pasa todos los días', pensó. Esta vez se convirtió en rata, lo raro es que no era una de esas callejeras las cuáles te encontrabas en el metro, no; era una linda rata, vestida con un vestido de flores. Ahora trató de escabullirse de su habitación, es una persona erudita así que logró salir. Durante este proceso, se convirtió en iguana... Demasiado para él por este día. Pensó: '¿Cómo una iguana puede llamar la atención?', así que tuvo una idea. Vio el cuarto de su madre, estaba abierto, de forma que fue y se subió a la cómoda, y luego al televisor. Su madre no estaba en su cuarto, pero no tardó en llegar, y se impactó al ver semejante animal en su habitación. Ella intentó matarlo, sin embargo, él se zafó y logró vivir. Salió de casa, y se metió a una alcantarilla. Se convirtió en humano, y se volvió loco. No podía consigo mismo. Y vivió ahí, en la alcantarilla, hasta morir.

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